martes, 5 de julio de 2011

El merecido rescate de Federico Gana y sus "Días de campo"

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martes 5 de julio de 2011

Los cuentos , considerados un hito en la literatura nacional, son reeditados por editorial Pfeiffer.

Constanza Rojas V.


El libro se venía anunciando desde 1902, pero la indiferencia de su autor retrasaba su publicación. En 1916, con la gestión de Pedro Prado, se lanzó por fin "Días de campo", de Federico Gana (1867-1926). Cuentos en los que se encuentran los primeros atisbos del criollismo en la literatura chilena.




Miembro de una familia acomodada de la que también formaban parte destacados personajes de la política y las letras, Gana era un irremediable melancólico. Un bohemio. Escapaba de Santiago para refugiarse en el campo de su padre en Linares. Ahí conversaba con quienes trabajaban la tierra, salía de caza, subía montañas y olía ese territorio que la literatura chilena de entonces -encandilada por la ciudad y los modelos europeos- no solía recoger.

Un mundo que Gana llevó a las letras en "Días de campo". Así, en "La casa", escribió: "Es de la vieja casa de campo en que corrieron mis años de adolescencia, de dónde me vienen estas impresiones. No sé por qué las evoco. Será tal vez, como un homenaje a ciertas imágenes lejanas". Huasos, sirvientas, pescadores y peones protagonizan los relatos, y Gana no teme mostrar su miseria, su esfuerzo por sobrevivir. "Habló nada más que de verdades, de la sencillez del campesino, del roto chileno, de la gente pobre. Habló de esos sentimientos que tenemos todos los chilenos", dice Federico Gana Johnson, nieto del escritor y responsable de este rescate. En estas narraciones el autor es el espectador, el testigo, y su voz se reconoce en un relato sin mayores artificios. Tanto así, que Gana Johnson se aventura a decir que se trata de historias reales. El crítico Alone escribió sobre los relatos de "Días de campo": "Transparentan hasta el fondo, no conocen empañadura: allí siempre encontramos el rostro del autor, su señorío, su bondad, su inteligencia clarísima, libre de complicaciones, exenta de afectación profesional".

"Aun tratándose de uno de los grandes de la literatura chilena, Federico Gana está siendo olvidado, dejado de lado. De hecho se sacó del currículum de los colegios. Así que me dije: 'tratemos de no olvidarlo'", explica su nieto, quien acudió a Pfeiffer, una editorial joven y de gran calidad, para publicar esta reedición de "Días de campo" cuando se cumple casi un siglo desde su primera aparición.

Federico Gana escribió poco y "Días de campo" fue su único libro. Murió a los 59 años, en la ruina, luego de haber renunciado a cualquier posición social que sus apellidos le hubieran podido entregar. La melancolía, que tan bien aparece en sus textos, también absorbió su vida. El ensayista Manuel Eduardo Hübner resumió: "Prefirió vivir libre".

"Días de campo"

se presenta a las 19:00 horas de hoy en la Corporación Cultural de Las Condes. Con él parte la línea de narrativa de editorial Pfeiffer, que seguirá en octubre con "El inútil", de Joaquín Edwards Bello.

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