jueves, 3 de febrero de 2011

Chilenos descubren fósiles de animales gigantes de hace 65 millones de años... en la Antártica

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jueves, 03 de febrero de 2011

Plesiosaurios, árboles, mosasaurios y hasta aves jurásicas desde cuando el continente helado era Gondwana.
por: La Segunda

Un paraíso para los paleontólogos resultó ser la Antártica, según descubrió el grupo de chilenos que componen la expedición científica al continente blanco. Tal es la cantidad de evidencia encontrada respecto de la existencia de vida animal y vegetal desde hace al menos 65 millones de años, que ya se aventura que con más estudios podría confirmarse la existencia de Gondwana.




Chilenos descubren fósiles de animales gigantes de hace 65 millones de años... en la Antártica

“Sudamérica y la península antártica fueron parte de un súper continente llamado Gondwana, y este tipo de hallazgos está confirmando la hipótesis. Es decir, ambas zonas tuvieron similar fauna y flora hace más de 65 millones de años, en la época en que gobernaban los dinosaurios”, dijo el jefe del proyecto geológico y paleontológico del programa Anillos de Ciencia Antártica, del Instituto Chileno Antártico, doctor David Rubilar.

El hallazgo: Hasta animales sin “parientes” en la actualidad
“Hallamos restos de un cráneo de mosasaurio y vértebras de plesiosaurios, reptiles marinos gigantes. Los mosasaurios serían parientes de los actuales varanos o Dragones de Komodo. Eran enormes (como orcas), con extremidades a modo de aletas y que han planteado algunas preguntas acerca del origen de las serpientes y si éstas evolucionaron o no de formas acuáticas. Mientras que los plesiosaurios no exhiben pariente alguno en la actualidad”, añadió el profesional.

Además fueron encontrados un hueso de brazo de un tipo de ave de gran envergadura, mayor a la de un albatros —probablemente de pelagornítido— y que tenían proyecciones en sus picos a modo de dientes.

Aparte de moluscos, restos de tiburones, pingüinos extintos y ammonites (moluscos cefalópodos extinguidos, que solían tener un duro caparazón en espiral enrollado sobre sí mismo, de hasta dos metros de diámetro), los científicos dieron con muestras de árboles coníferos.

“Para esta zona sería una gran novedad desde el punto de vista paleontológico. Una vez que analicemos los restos en el laboratorio podremos confirmarlo”, explicó Rubilar.

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